Diez consejos para atraer capital e inversiones

Buena parte de partidos políticos en España propugna un mayor peso del Estado como vía para reducir el paro y reflotar la economía. Uno de ellos, incluso, propone duplicar el número de funcionarios. Sin embargo, si algo ha dejado claro la crisis es que no hacen falta más deudas o más aparato del Estado, sino más inversión y más capital.
¿Cómo lograrlo? El economista y gestor de fondos para Pimco Daniel Lacalle propone diez pasos para lograr la definitiva a recuperación económica y la creación de empleo.
1. Bajar impuestos. Para Lacalle, el aspecto “aspecto más importante”. El economista propone un tipo fijo que permita que todas las empresas paguen una tasa que fija en el 12,5%. Un tipo real que “reduciría la administración del impuesto […] y no requeriría de una legión de fiscalistas en busca de deducciones”.
2. Atraer contratación. Se ha repetido hasta la saciedad: tenemos las generaciones mejor preparadas de la historia. Sin embargo, las mayores salidas profesionales siguen estando en los aeropuertos. “El empleo que se debe crear en España debe ser adecuado a la formación de su población, que es muy alta, y debe estar menos expuesto al ciclo inversor del Estado”, explica.
3. Menos frenos. España ocupa en la actualidad el puesto 33 en Doing Business, la clasificación anual del Banco Mundial que mide las facilidades para hacer negocios. Es cierto que nuestro país ha mejorado, pero sigue estando en el vagón de cola de la UE. España necesita un entorno menos asfixiante y restrictivo, con una regulación eficaz y no confiscatoria. Y en este sentido, Canarias se lleva [dolorosamente] la palma.
4. Menos gasto público y más apoyo sin coste. La recuperación de la demanda interna no puede provenir del gasto púbico, que ha demostrado ser claramente ineficiente. “El apoyo debe venir a través de deducciones fiscales agresivas a la inversión privada productiva”, explica Lacalle. “Para atraer inversión en tecnología y alta productividad es necesario una reforma en credibilidad y transparencia, añadido a un esfuerzo de recorte del gasto real y sostenible”.
5. Más capital riesgo. Aquí, el espejo en el que mirarse es Estados Unidos, donde más del 50% de los créditos a la economía real provienen de instituciones financieras no bancarias. “España podría ser líder en financiación privada por sus infraestructuras modernas, aprovechando el despilfarro del pasado, y su profesionales cualificados”, sentencia Lacalle.
6. Acceso a propiedad y buen gobierno. Clientelismos y profusión de empresas públicas… Esto es algo lo que Canarias sí ha sido rica durante las últimas dos legislaturas. Por eso, resulta necesario liquidar las que estén pérdidas o que hagan competencia desleal al sector privado. Además, hay que poner fin a la inseguridad jurídica y asegurar tanto la transparencia como la profesionalidad y la responsabilidad penal personal, el castigo ejemplar y la meritocracia.
7. Eliminación de las subvenciones. Subvenciones o primas o ayudas. Da igual el nombre que se les dé: perjudican al consumidor de forma doble: vía precio y vía impuestos. Las economías muy subvencionadas están sujetas a vaivenes regulatorios.
8. Aprovechamiento de las infraestructuras existentes. Durante la década pasada, España vivió una verdadera locura por las infraestructuras. Es momento de ponerlas en valor asegurándonos que las estructuras administrativas son facilitadoras, no obstructoras. de la vivienda, resulta necesario favorecer el alquiler. ¿Cómo? Con apoyos fiscales.
9. Industria energética. De nuevo, se puede volver a mirar hacia EE UU. Allí, hasta que se produjo la caída del precio del crudo, la industria energética generó ingentes beneficios a la industria. España cuenta con reservas naturales de gas pizarra, cuya explotación, además, generaría mano de obra cualificada a largo plazo.
10. Comunicación. España, asegura Lacalle, “tiene un problema de comunicación con el exterior tras muchos años de culpar a los demás de nuestros problemas”. Hay que hacer un esfuerzo constante de transparencia: comunicar los éxitos, pero también los errores y dificultades”. No entregarse al voluntarismo es tan importante como resaltar los éxitos.
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