Discriminación hacia Gran Canaria: más equilibrio inversor y más competencia entre islas
La Confederación Canaria de Empresarios ha puesto una cifra encima de la mesa: 370 millones de euros. Esta es la diferencia en las inversiones que, según un informe de la organización, se llevan a cabo en la provincia de Santa Cruz de Tenerife frente a la de Las Palmas. Lejos de estrecharse, esta brecha se hace cada vez más ancha año tras año: la desigualdad era de 170 millones al cierre de 2008. En otras palabras, las actividades vinculadas a las administraciones y servicios públicos como educación y sanidad generan más riqueza en la provincia tinerfeña, que en Las Palmas, donde la iniciativa privada tiene más importancia en el Producto Interior Bruto.
Estos datos no hacen sino poner negro sobre blanco una vieja reivindicación de los empresarios grancanarios: la diferencia de trato hacia los dos provincias por parte del Gobierno de Canarias y la necesidad de permitir que cada isla adopte las estrategias competitivas que estime oportunas.
“No soy insularista, pero me rebelo contra el descaro y la falta de equilibrio que hay en estas islas”, asegura el presidente del Grupo Publicidad Atlantis, Alberto Cabré. El presidente del Círculo de Empresarios de Gran Canaria, Germán Suárez incidió recientemente en este mismo aspecto y puso de manifiesto el “descontento del empresariado grancanario ante esta “realidad”.
No es para menos: Gran Canaria es quien mas sufre estos desequilibrios inversores. Ha sido la isla donde más ha caído el Valor Añadido Bruto (VAB, una magnitud similar al PIB pero que no contempla ciertos impuestos) entre 2008 y 2011, con un retroceso del 4,4%. Ha sufrido como todas la caída de la construcción. Sin embargo, es la única de todo el archipiélago que, con un -3,2%, registra retrocesos en la rama comercio, transporte, hostelería e información y comunicaciones (la que engloba las actividades del turismo). Gran Canaria, además, sale perdiendo por la menor inversión desde las Administraciones Públicas, que cae del orden del 1%. En Tenerife, en cambio, aumentó esta inversión en un 3,5%, lo que ensancha la brecha de inversión entre ambas islas por este concepto hasta 553 millones a cierre de 2011. Este mayo gasto por parte del Gobierno regional ha permitido a la isla sortear mejor los efectos de la crisis del ladrillo.
¿Qué conclusiones se pueden extraer de estos datos? En primer lugar, la necesidad de un mayor equilibrio inversor por parte del Ejecutivo que preside Paulino Rivero. “En los últimos 16 años, recordó Cabré recientemente en declaraciones al diario La Provincia, “de 20 concursos de publicidad convocados por el Gobierno autonómico “se habrán adjudicado tres en Gran Canaria”. El presidente del Cabildo, José Miguel Bravo de Laguna, citó por su parte como ejemplo los 50 millones de euros más en proyectos hidráulicos que el Gobierno regional invierte de más en Tenerife respecto a Gran Canaria. “Hay determinados desequilibrios”, sentenció.
En segundo, la necesidad de revisar, o incluso derogar, leyes como la Moratoria Turística, que impiden a Gran Canaria actualizar su planta turística con los productos hoteleros que demanda el mercado (como los establecimientos de cuatro estrellas), y, por lo tanto, competir en igualdad de condiciones con el resto de islas.
Es más, dado que son mercados que luchan entre sí por los turistas, cada isla ha de poder decidir cuáles son sus estrategias. Todo lo contrario a los que sucede ahora, con un Gobierno central imponiendo y unificando estrategias, lo que perjudica a Gran Canaria. “El Gobierno regional se ha de ocupar de cuestiones como la economía, la enseñanza, la sanidad o el transporte regional”, apunta el presidente del Grupo Haricana, Juan Agustín Sánchez, que aboga por una reformulación y simplificación del Estado. “La gestión del territorio o la estrategia turística ha de ser responsabilidad de cada isla, que son las que mejor saben lo que les conviene”.
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