Ha llegado el momento de que Gran Canaria tenga su propia autonomía
El histórico pleito insular, desapareció cuanto se montaron dos provincias y ha vuelto cuando nos volvimos a unir bajo el manto de la autonomía y bajo el yugo de Tenerife
No se ha cumplido con los acuerdos entonces tomados
A los Gran Canarios nos están ninguneando
TENEMOS QUE REACCIONAR
Este Sr. Mario tiene muchísima razón, pero ha sido muy diplomático
Hay que movilizar a las personas que vivimos en Gran Canaria, que por cierto, nos quieren cambiar hasta el nombre de nuestra querida isla
Romero Mur: “Lo razonable, que la Administración facilitase generar riqueza; la realidad, la contraria”

Mario Romero Mur lidera el grupo Mur, uno de los principales grupos hoteleros canarios. Para él, Canarias está sufriendo los efectos de la falta de formación de las nuevas generaciones, de una ley electoral “injusta” y de la “miopía” del Gobierno canario.
¿Cómo diría usted que es la situación de la industria turística canaria?
Su situación es buena. Canarias es al turismo lo que el oro es a la economía: un valor refugio, seguro e insustituible. Fundamentalmente por el clima, eso sí. Lo que pasa es que a los turoperadores les cuesta reconocer esa situación, y se empeñan en buscar destinos alternativos para lograr unas rentabilidades más altas y rápidas, les cuesta asumir que nuestros costes son equivalentes a los europeos. En cierto sentido hacen bien, porque en Canarias tenemos un cierre administrativo que hace que no podamos atender la demanda, y la demanda que no atendamos nosotros la van a atender otros.
Así se explica, por ejemplo, el crecimiento exponencial que ha registrado Egipto desde el año 2000. La de este país constituye una competencia dura, sobre todo en invierno: tienen un clima igual o mejor que el nuestro, unos costes muy competitivos y una planta nueva. Solo la llamada Primavera árabe, la religión y la diferencia de costumbres los mantiene a raya.
Esto es lo que nos convierte, volviendo al principio, en un destino seguro: tenemos un clima en el que afortunadamente no puede intervenir la clase dirigente. En la peor de las situaciones Canarias ha perdido un millón de clientes. Aunque perdemos precio, eso si. De hecho, estamos trabajando en términos constantes a precios de 1999, mientras que los costes se han disparatado y los impuestos han crecido de manera abusiva, tanto el IGIC como el IBI o el resto.
¿Es Canarias un lugar seguro para invertir?
Por supuesto, es un valor seguro a pesar de nuestra especial coyuntura geopolítica, la seguridad jurídica es esencial, pero sobre todo la seguridad que nos da el clima que tenemos, ese es nuestro principal valor, apreciémoslo y ganaremos todos.
¿Cuál es nuestro gran problema?
La pérdida de competitividad. Y esta es culpa, sobre todo, de la falta de formación. Hemos perdido dos generaciones de jóvenes que no se incorporan al mercado de trabajo porque no tienen formación. Pero no ya una formación avanzada, no. Hablamos de que no tienen la formación mínima, sin capacidad o interés para aprender lenguas y oficios. Esto se ve con el simple ejercicio de encuestar a los hoteleros cuántos empleados locales tienen contratados en sus plantillas. La respuesta será sorprendente. Ya nos gustaría que nuestra juventud tuviese la preparación y actitud que tienen otros que vienen de muy lejos, incluso se da con frecuencia el caso que les cuesta trasladarse a otra isla para trabajar. Es una tragedia que la formación no haya ido de la mano del desarrollo de Canarias como destino turístico.
La formación debería ser la prioridad absoluta en nuestra Comunidad, sobre todo tras el esfuerzo que supuso tener la Universidad de Las Palmas, y resulta lamentable verla en los últimos puestos de las universidades españolas, de las peor valoradas junto con la Universidad de La Laguna. Tristemente ha prevalecido priorizar la comodidad y ventajas hacia los docentes que atender a los alumnos. La enseñanza pública canaria es incapaz de competir con nadie de nuestro nivel en Europa, eso también es perdida de competitividad a todos los niveles, especialmente económicos.
Antes habló de que en Canarias existía un cierre administrativo. ¿Puede darnos más detalles al respecto?
Lo razonable y sensato es que sea la administración la que facilite todo lo necesario para apoyar cualquier iniciativa que pueda generar riqueza, la realidad es justo la contraria, entorpecer cualquier proyecto. Especialmente los de GC: esta isla es la única que ha perdido camas en la última década, a pesar de las nuevas camas construidas. Son muchas las que se han salido de la oferta alojativa reglada, convirtiéndose en residenciales. De esta manera se contamina el destino, especialmente en el sur.
Hay dirigentes políticos que se les llena la boca hablando de la necesidad e importancia de renovar, y a la primera operación realmente importante y estratégica que se produce, la del Riu junto al Faro de Maspalomas, se echa atrás. Y así, hemos perdido toda autoridad para hablar de renovación. Claro está que se están llevando a cabo renovaciones, pero son tan puntuales y de tan poca envergadura que son más bien gotas en el océano.
Pero incluso más grave que todo esto me parecen los chiringuitos de playa que tenemos en Gran Canaria. Ni proporcionan un servicio mínimo, ni la apariencia mínima, ni la higiene mínima… Un desastre absoluto. Comparémoslos, por ejemplo, con los se que han instalado en Fañabé, en el sur de Tenerife, una auténtica maravilla. Esto es consecuencia de un consevacionismo miope, de la ecología mal administrada.
¿Qué soluciones ve a corto y medio plazo respecto a Gran Canaria?
Una de las grandes causas de todos los problemas parte del mismo sitio: la ley electoral, que es la más injusta que hay en la historia de la democracia occidental. No hay una dirección regional, se castiga a las islas más pobladas y las que tienen menos habitantes tienen el poder de decisión sobre las mayores.
Hay que darle más autoridad y poder al Cabildo, y evitar que una isla pueda decidir sobre el modelo de desarrollo de otra. Tenemos que lograr que haya una competencia real entre islas. En este momento, Gran Canaria puede tener una idea buena para su desarrollo, pero tiene que ir a la Cotmac [Comisión de Ordenación del Territorio y Medio Ambiente de Canarias, el órgano del Gobierno que decide en materia de ordenación del territorio y medio ambiente] que lo bloquea.
¿Qué hace falta para que los excelentes niveles de ocupación se trasladen a una mejoría en el empleo?
Tenemos que tener una cosa clara: un hotel que pasa de tener una ocupación del 50% al 90% no necesariamente ha de generar empleo en la misma proporción, ya que hay muchos departamentos que ocupan el mismo personal independientemente de la ocupación del hotel, como son los de administración, recepción, mantenimiento.
Entonces, ¿qué hace falta para generar empleo en Canarias?
Buscar nuevas alternativas, fundamentalmente, dado que la construcción está bloqueada, y la renovación es incapaz de generar el empleo que necesita Canarias. Pero para que haya crecimiento ha de haber inversión, y la inversión por ahora solo pude provenir del sector turístico y de los puertos. Esto equivale a consumir suelo, y ha de ir a la par con la demanda, y al desarrollo de nuestro puerto con nuevas actividades.
Como hotelero, ¿qué le parecen las prospecciones?
Lo que me preocupa realmente es que se siga disparando la tasa de desempleo en el archipiélago, que puede terminar convirtiéndose en un problema de inseguridad ciudadana. Las prospecciones son un tema absolutamente politizado que está generando una alarma y está emitiendo señales preocupantes a nuestros mercados. Y todo, con la hipocresía de ocultar que pocos kilómetros mas allá, en Marruecos, las está llevando a cabo sin las normas de control que nos imponemos en Europa, ahí parece ser que no supone ningún riesgo. Sería una irresponsabilidad no saber que es lo que hay, y resulta irresponsable y demagógico dar por hecho catástrofes medioambientales, la verdadera tragedia es la falta de preparación y el desempleo de nuestra población.
¿Ve unanimidad en el empresariado grancanario respecto al tema del petróleo?
Lo que hay es mucha presión. El empresario tiene miedo, y ese es el mayor exponente del poder. Y en la medida que seas capaz de infundir miedo tienes poder. Tensar la polémica no va a generar votos para el partido que sustenta el Gobierno Canario. Lo que logra con ello es desviar la atención de lo realmente importante. Por ejemplo, que aquí no se crea empleo porque no se deja trabajar, porque no se dejan hacer cosas. No se puede mirar a otro lado obviando el daño que hace la economía sumergida.
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he trabajado por el senor Mario romero y as sido unos de los mejores jefes que he tenido junto con su hermana Nuria.Siempre de trato muy amable educado y disponible al dialogo.Muy buen emprendedor innovativo y de gran corazon
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Me parece super necesario tales medidas y tú discurso fundamental para salir de la crisis que acaba con nuestro empresariado.
Ha llegado el momento de que Gran Canaria tenga su propia autonomía
El histórico pleito insular, desapareció cuanto se montaron dos provincias y ha vuelto cuando nos volvimos a unir bajo el manto de la autonomía y bajo el yugo de Tenerife
No se ha cumplido con los acuerdos entonces tomados
A los Gran Canarios nos están ninguneando
TENEMOS QUE REACCIONAR
Este Sr. Mario tiene muchísima razón, pero ha sido muy diplomático
Hay que movilizar a las personas que vivimos en Gran Canaria, que por cierto, nos quieren cambiar hasta el nombre de nuestra querida isla
he trabajado por el senor Mario romero y as sido unos de los mejores jefes que he tenido junto con su hermana Nuria.Siempre de trato muy amable educado y disponible al dialogo.Muy buen emprendedor innovativo y de gran corazon
Me parece super necesario tales medidas y tú discurso fundamental para salir de la crisis que acaba con nuestro empresariado.