Seis claves a favor de las prospecciones (y de las extracciones)


Posted on junio 30th, by circulan@ in Economía, Petróleo. No Comments

Seis claves a favor de las prospecciones (y de las extracciones)

El Tribunal Supremo ha desestimado los siete recursos planteados contra el decreto del Gobierno, promulgado en marzo de 2012, que autorizó las prospecciones petrolíferas en aguas del archipiélago canario. Las prospecciones (y, llegado el caso, las posibles extracciones) pueden ser una noticia favorable para las islas Canarias, pese a las reticencias que estas han encontrado en una parte de la población local. Lo enconado de las posturas en contra ha hecho imposible el necesario debate al respecto. Y existen motivos que justifican los trabajos por parte de Repsol. He aquí seis de ellos:

1. Independencia.  Una parte importante de las reservas mundiales de petróleo están en manos de países cuya inestabilidad política o radicalismo ponen en peligro el suministro para cubrir las necesidades del resto del globo. “Esto provoca grandes fluctuaciones de precio”, asegura el presidente del Grupo Domingo Alonso, Sergio Alonso. “Y, en ciertos momentos, costes prohibitivos”. Encender una luz requiere energía y su acumulación es muy limitada: “Y no existen prácticamente formulas eficientes para el almacenamiento de la energía”.

2. Factura. Buena parte de nuestra energía eléctrica procede de plantas cuyo combustible procede del petróleo o gas. No en vano, España importa 1,4 millones de barriles al día, con un coste anual de 40.000 millones. “Como país, necesitamos sustituir importaciones de petróleo por el crudo propio”, asegura Alonso. ¿Por qué es así? “Los precios en nuestra región están muy por debajo del coste real de la energía, y están siendo compensados por el resto de España”, explica el directivo. Es decir, si lográsemos petróleo propio, el conjunto de ciudadanos pagaría menos en el recibo de la luz. Un dato: de las bolsas que puede haber en Canarias podría extraerse el equivalente al 10% del crudo que necesita España durante 20 años, según los cálculos de Repsol.

3. Economía. La economía de un país es como la de una familia: está compuesta por vasos comunicantes, y una decisión resta dinero para otra. “Hay que elegir entre comprar la lavadora o seguir comiendo jamón ibérico o pagar la letra del coche”, explica Alonso. “En otras palabras, el dinero no es un chicle”. Aquí entran en la ecuación las energías renovables. “A todos nos encantan”, prosigue el empresario, “y debemos aumentar su participación en el mix energético. Pero, realmente, ¿estamos dispuestos a pagar su costo real o tenemos que subvencionarlas sin límite?”.

4. Acuerdo ventajoso. Hay voces que discuten la conveniencia de las prospecciones denunciando que la petrolera Repsol sería la principal favorecida del acuerdo. En primer lugar, hay que subrayar un aspecto en el que existe confusión: Repsol es una empresa y, como tal, persigue el beneficio. Y que una compañía gane dinero no solo es favorable para sus accionistas, también lo es para la sociedad en su conjunto: las empresas son propiciadoras de riqueza y de empleo, y la prosperidad empresarial generalizada supone uno de los mejores síntomas de salud económica de un país. Dicho esto, además, si se encontrase petróleo en nuestras aguas, la primera beneficiada sería la propia sociedad. En este tipo de casos, los Estados llegan con las petroleras a lo que se llama acuerdos de producción compartida (production sharing contract/agreement en inglés). El contratista es el que financia las actividades de exploración y producción. Los costes los recupera a través de una parte de la producción que se obtenga, que no suelen superar el 20%. El resto de la producción se la lleva el Estado.

5. Beneficio para Canarias. El archipiélago soporta una tasa de paro del 32,55%. Y eso, en un momento en el que la ocupación está en niveles récord. La moratoria turística decretada por el Gobierno autonómico, además, no permite que la construcción alivie el desempleo. Con esta situación, se hace imprescindible la búsqueda de nuevas bolsas de empleo. Repsol calcula en este sentido que de hallarse petróleo, podrían prolongar los trabajos en la zona durante 20 años como máximo. Este largo lapso de tiempo hace conveniente optar al máximo por mano de obra local, de modo que se pueda reducir la factura. Así, estudios internos de la compañía cifran en entre los 3.000 y los 5.000 las oportunidades de puestos de trabajos directos e indirectos que se podrían crear. Solo en la fase de investigación, añade, se necesitan servicios y profesionales en logística portuaria, transporte marítimo, transporte en helicóptero, mantenimiento, personal de limpieza y seguridad o camas hoteleras.

6. Seguridad. El punto que ha suscitado la oposición de parte de la población canaria. En este sentido, hay datos que avalan la seguridad que existen en los sondeos de exploración, en los que no ha habido un solo escape en los últimos 20 años. Paralelamente, tendremos que garantizar que las medidas de emergencia son máximas. Porque es evidente que los riesgos existen. Pero estos están presentes desde que nacemos. O cuando cruzamos una calle, con una simple maceta o cuando subimos a un avión. “¿Cuál es alternativa?”, se pregunta Alonso. “¿No nacer? ¿No cruzar la calle? ¿Prohibir las macetas? ¿Dejar de viajar?” Al final, todo se reduce a un calcular los beneficios y los inconvenientes. Y el beneficio de una posible bolsa de petróleo constituye en estos momentos más que un beneficio. Es una necesidad.





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